sábado, 3 de febrero de 2018

Espíritus, fantasmas y folclore japonés

Lafcadio Hearn, En el Japón fantasmal (1899)
Ryunosuke Akutagawa, Kappa (1927)
Hideo Nakata, Ringu (1998)
Premiada en Brussels International Festival of Fantasy Films, Fantasia Film Festival, NatFilm Festival y Sitges Film Festival.
Keiichi Hara, El verano de Coo (2007)
Mejor película de animación 2008 en New York International Children's Film Festival, Tokyo International Film Festival, Canada Festival for Animated Cinema, Japan Media Arts Singapour, Mainichi Film Concours y Moscow Anime Festival. Mejor director en Tokyo Anime Fair.

- ¿Con quién empezó todo esto?
- Este tipo de cosas no empiezan con nadie. La gente siente ansiedad y surgen los rumores.
(K. Hara, Ringu)
Necesitamos encontrar sentido a aquello que supera la escala humana -el universo, el origen de la vida- y a los fenómenos naturales para los que no parece existir una explicación sencilla. Quizá por ello, y maravillados ante la falta de respuestas tangibles, nos hemos creído acompañados por presencias sobrenaturales, tanto benévolas como maléficas. Hearn lo expresa de forma más literaria al final de En el Japón fantasmal:
El abismo visible llama a ese abismo invisible del ser primordial cuya sangre hace de nosotros fantasmas.
Las obras que en esta ocasión os proponemos constituyen un catálogo de seres mitológicos del folclore japonés, adaptados tanto al público destinatario como a la época en que se realizaron. Aunque sus descripciones y los relatos en los que aparecen muestran diferencias según la zona y la época en las que surgen, os interesará visitar los enlaces (en azul), que recogen información sobre cada criatura:

  • La recopilación de leyendas tradicionales (con referencias a, entre otros, los tengu) realizada por Lafcadio Hearn a finales del siglo XIX está totalmente impregnada de su admiración por la cultura japonesa. Remarca la influencia hindú y china y ejemplifica cómo la religión determina la forma en que se expresan las creencias en seres mágicos y sobrenaturales.
  • Akutagawa, en cambio, utiliza a los kappa como excusa narrativa para elaborar una indisimulada sátira de algunos aspectos de la sociedad japonesa del primer cuarto del siglo XX -el capitalismo que cosifica y explota a las personas, las religiones institucionalizadas, el arte concebido como exclusivo de las élites-. Las referencias a la locura y la fascinación por el suicidio remiten a la biografía del autor.
  • Ringu, además de iniciar el boom del cine de terror nipón, es una inteligente actualización, sin estridencias innecesarias ni efectismo barato, de algunas fantasías clásicas del horror japonés: los yurei y la leyenda de Okiku, joven asesinada por un pretendiente no correspondido y arrojada a un pozo -o, en una versión alternativa, torturada por su amo antes de suicidarse lanzándose ella misma-. Añade a los elementos tradicionales (la venganza) motivos narrativos de épocas más recientes (la investigación de lo paranormal, el vídeo). Además, plantea una reflexión sobre la familia y los conflictos que generan los afectos paternofiliales -eligiendo a quién salva, la protagonista encarna y reproduce la maldición-.
  • Finalmente, El verano de Coo conecta con Kappa al presentar una crítica de las dinámicas sociales contemporáneas y nos recuerda, como Ringu, que tenemos motivos para temernos a nosotros mismos. A lo largo de la película topamos con varias figuras del folclore nipón (kappa, zashiki-warasi, dragón y kijimuna) y con la referencia a dos zonas de rica tradición mitológica: la región de Tôno y la isla de Okinawa.
Si se ha despertado vuestro interés por el imaginativo mundo de los espíritus japoneses y queréis saber más, os recomendamos los blogs El panteón perdidoEl Yokai diario, el ensayo Yokai. Monstruos y fantasmas en Japón, muchas de las obras publicadas por Quaterni y las recogidas en este artículo.

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