Novela:
La intrusa, de Eric Faye. Salamandra, 2013. Título original: Nagasaki
Obra ganadora del Gran Premio de la Academia Francesa, esta novela de Éric Faye —autor reconocido por plantear con sencillez los grandes temas que afectan al hombre moderno— se basa en un caso real para explorar el influjo que la memoria de los lugares que habitamos ejerce sobre nuestra conciencia.
De profesión meteorólogo, Shimura lleva una vida solitaria y metódica que transcurre con precisión milimétrica entre el trabajo y su casa, un microcosmos de orden y pulcritud a las afueras de Nagasaki. Sólo el canto ensordecedor de las chicharras es capaz de alterar una rutina tan previsible hasta el día en que Shimura cree percibir pequeños cambios en la impoluta organización de su hogar: un yogur que desaparece de la nevera, el zumo de naranja que se evapora, la tetera fuera de su lugar habitual. No parece obra de un ladrón, pues todos los objetos de valor siguen en su sitio. ¿Se trata, pues, de una amante despechada, de un espíritu en busca de venganza, o incluso peor, de una alucinación? Para dilucidarlo, Shimura instala una cámara en la cocina y, perplejo, descubre la presencia de una mujer desconocida, una intrusa que lleva un año viviendo en un armario de la casa. Al exponer con exquisita sensibilidad los vericuetos de su mundo interior, la historia de Shimura adquiere una resonancia universal. De manera casi imperceptible, la novela cuestiona nuestra manera de vivir y de relacionarnos con los demás, y su lectura perdura como un temblor de tierra, inofensivo pero indeleble. (Reseña de la editorial)
Crónicas de una Diosa, de Natsuo Kirino. Duomo, 2013
Un oráculo. Dos hermanas. Dos destinos.
«Permítanme
recordarles la ley de la isla. La hija mayor nacida en el hogar de la
gran sacerdotisa sirve al mundo de la luz.. La segunda hija sirve al
mundo de las tinieblas.»
una historia de amor, venganza y castigo. (Reseña de la editorial)
una historia de amor, venganza y castigo. (Reseña de la editorial)
Amores al margen, de Yoko Ogawa. Funambulista, 2013
Mientras trata de encontrar las palabras adecuadas para expresar lo que siente, queda fascinada por el estenógrafo que transcribe lo que se dice en el coloquio. La capacidad y velocidad de los dedos del joven para plasmar en signos las palabras que se pronuncian ejercen sobre ella una extraordinaria atracción. (Reseña de la editorial)
El
11 de marzo de 2011, a las 14:46 horas, Takashi Sasaki sintió una
brutal sacudida. Los libros almacenados en su salón cayeron en avalancha
y las puertas de la casa salieron despedidas como en una gran
explosión. La costa nordeste de Japón acababa de sufrir un devastador
terremoto de magnitud 9 en la escala Richter. Pero eso no era todo,
apenas una hora más tarde, un gran tsunami de 38 metros de altura
dejaría una estela de destrucción a su paso. Más de 15.000 vidas
truncadas, más de 3.000 desaparecidos, poblaciones enteras arrasadas y
el grave accidente nuclear del la central de Fukushima Daiichi.
Takashi Sasaki, profesor de español jubilado, vivía con su mujer enferma a 25 kilómetros de la central nuclear Fukushima Daiichi, dentro del espacio incluido por el gobierno japonés en la «zona de exclusión». El 80% de los 30.000 habitantes de MinamisMma se vio obligado a abandonar sus casas. Sasaki se quedó -junto a su mujer Yoshiko-, y decidió ofrecer al mundo testimonio directo de la tragedia. A modo de diario, Sasaki narra con naturalidad su día a día en una ciudad fantasma: los problemas de suministros, la desesperante actitud del Gobierno, los quehaceres diarios, la sonrisa de su pequeña nieta Ai, la solidaridad de quienes han decidido quedarse. Todo ello le obliga a plantearse problemas más profundos: qué es el patriotismo, la necesidad de ir a las raices de los problemas, de aprovechar el terremoto para actuar de forma humana. Sasaki reflexiona con sorprendente optimismo sobre el mundo que surgirá tras la tragedia, una esperanza que brota en forma de ciruelos florecidos y una naturaleza cuyos ritmos no se detienen. (Reseña de la editorial)
Takashi Sasaki, profesor de español jubilado, vivía con su mujer enferma a 25 kilómetros de la central nuclear Fukushima Daiichi, dentro del espacio incluido por el gobierno japonés en la «zona de exclusión». El 80% de los 30.000 habitantes de MinamisMma se vio obligado a abandonar sus casas. Sasaki se quedó -junto a su mujer Yoshiko-, y decidió ofrecer al mundo testimonio directo de la tragedia. A modo de diario, Sasaki narra con naturalidad su día a día en una ciudad fantasma: los problemas de suministros, la desesperante actitud del Gobierno, los quehaceres diarios, la sonrisa de su pequeña nieta Ai, la solidaridad de quienes han decidido quedarse. Todo ello le obliga a plantearse problemas más profundos: qué es el patriotismo, la necesidad de ir a las raices de los problemas, de aprovechar el terremoto para actuar de forma humana. Sasaki reflexiona con sorprendente optimismo sobre el mundo que surgirá tras la tragedia, una esperanza que brota en forma de ciruelos florecidos y una naturaleza cuyos ritmos no se detienen. (Reseña de la editorial)
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