Los
años dulces, de Taniguchi Jiro. Ponent Mon, 2011. 2 tomos.
En la taberna que frecuenta,
Tsukiko, de treinta y siete años, encuentra a un hombre solitario y elegante
que le dobla la edad. Se
da cuenta de que le conoce: había sido su profesor de japonés. Ella es soltera,
él vive solo. Un interés mutuo los lleva a verse de vez en cuando, y pronto
empiezan juntos a improvisar planes. De forma imperceptible, por medio de
pequeños gestos, establecen una complicidad que se transforma en profundo
cariño.
En su adaptación de la novela de Hiromi Kawakami “El cielo
es azul, la tierra blanca”, Jiro Taniguchi trata con brillantez el tema de las
relaciones amorosas. Un relato intimista y delicado, trufado de alegrías
fugaces y de encantamientos cogidos al vuelo. (Reseña de la editorial)
El hombre
sin talento, de Tsuge Y. Gallo Nero, 2015. 222 p.
Publicado en Japón en 1985, El
hombre sin talento es la historia de Sukezo Sukegawa, un dibujante de
manga sin éxito que se improvisará vendedor de piedras y de cámaras
fotográficas antiguas pero fracasará en todo sin excepción.
Las ansias por solucionar su desastrosa situación económica le llevarán a
fantasear con hacerse monje o con descubrir una cura para el cáncer o las
hemorroides.
Obra de culto, El hombre sin talento es también un fascinante viaje a
través de la cambiante sociedad japonesa donde siguen abiertas las heridas de
la desastrosa derrota de la Segunda Guerra Mundial y donde se respira el
profundo trauma generado por su rápida conversión a una sociedad de consumo
(Reseña de la editorial)
Old Boy tomo 3, de Tsuchiya G. DeBolsillo,
2013.
Goto se ha metido de lleno en un juego letal para descubrir qué
provocó su encierro de diez años. Ahora tendrá que forzar las puertas de su
memoria y enfrentarse al doble filo de algunas revelaciones. Al hacerlo,
también puede poner en peligro a su entorno y a quienes más le quieren.
Es una guerra perversa y cree saber quién está en cada
bando. Pero no sabe quién caerá ni cuándo terminará todo. (Reseña de la
editorial)
Han pasado casi dos años desde que estalló la bomba atómica y
Japón vive bajo la ocupación militar estadounidense. Mientras los soldados
patrullan, en las calles de Hiroshima resuenan los gemidos de dolor y el llanto
de los supervivientes. Para ellos la guerra no ha terminado. Conviven con ella.
Algunos, como Natsue, vuelven a revivir el horror cada vez
que se miran en el espejo. Gen, por su parte, ve como muchos de sus amigos se
han quedado huérfanos y corren el peligro de caer en manos de los yakuza. Gen
desea protegerles, pero él también tiene problemas: su madre está muy enferma
como consecuencia de la radiación.
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