Una
bandada de cuervos, de Denji Kuroshima. Ardicia, 2014. 168 p.
Las historias
agrupadas en Una bandada de cuervos recrean las durísimas condiciones
de vida de soldados y civiles durante la llamada «Intervención siberiana» de
1918, que enfrentó a las tropas japonesas y al recién creado Ejército Rojo. El
gélido paisaje estepario, inhóspito e indiferente a la suerte de los hombres,
se convertirá en un poderoso símbolo del frío permanente que parece haberse
instalado en el corazón de los seres humanos.
Kuroshima, una de las grandes personalidades de
la literatura proletaria nipona, levanta un contenido pero emocionante homenaje
a las víctimas que las sinrazones del poder van sembrando a su paso. Con una
prosa deliberadamente sobria, cortante como el viento helador que recorre estas
páginas, mantiene presente el recuerdo inextinguible de todos los «humillados y
ofendidos», honrando finalmente su dignidad. Esa que, pese a sus truncados
destinos, sus opresores nunca consiguieron arrebatarles. (Reseña de la
editorial)
Underground, de Haruki Murakami. Tusquets, 2014. 557 p.
Pese a las intenciones de quienes lo
perpetraron, el ataque con gas sarín que se produjo en el metro de Tokio en
marzo de 1995 sólo se cobró once vidas. Sin embargo, miles de personas
resultaron heridas y muchas otras sufrieron sus consecuencias y secuelas. El novelista
Haruki Murakami entrevista a las víctimas, a los que vivieron
y sufrieron en propia piel el atentado, para establecer con precisión qué
ocurrió ese día en las distintas líneas de metro afectadas. También para
desentrañar la verdadera historia que se ocultaba bajo un acto terrorista que
convirtió un anodino lunes por la mañana en una tragedia nacional. Pero, sobre todo, para contestar a una
pregunta primordial: ¿por qué? ¿Por qué la violencia terrorista, o cualquier
violencia? ¿Y por qué en ese momento y lugar concretos?
Haruki Murakami (prólogo).
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