Tertulia de cultura japonesa en la Biblioteca de Pamplona-Yamaguchi, con un acercamiento compartido a su literatura, cine, poesía, ensayo, el manga y el anime...
jueves, 4 de marzo de 2010
La tumba de las luciérnagas. Las algas americanas
Akiyuki Nosaka, La tumba de las luciérnagas. Las algas americanas (1967)
Premio Naoki 1968
Podéis encontrar información sobre estos dos relatos, incluyendo artículos en El País, ABC y El Periódico, en la web de la editorial.
He leído "La tumba de las luciérnagas" sin poder hacer una pausa. Cincuenta y tres páginas atrapado por la cronología de tres muertes en frases sin concesiones, a veces sin pausas, en las que el autor opta sólo por describir sabiendo cómo lo que describe ya lo dice todo. Me doy cuenta, al final, que no son los bombardeos los que matan, sino el miedo manifestándose como egoísmo -el de la viuda, los campesinos, los que viajan en tren, las autoridades que promulgan demasiado tarde una Ley General de Protección a los Huérfanos de Guerra-. Y en el otro extremo, una niña que intenta cuidar a su hermano cuando recibe una paliza o que quiere jugar a las casitas con él...
A partir de las primeras páginas, ya presenta el tema y se conoce el desenlace. Esto no quita ningún interés por su lectura. Con una narrativa ágil y directa, engancha al lector hasta el final. Presenta la máxima tragedia humana: la muerte por falta de alimentos, con lo que esto conlleva de soledad, egoísmo, desprotección... A pesar de todo, la imaginación es recurrente y el ingenio se agudiza. Siempre hay ternura, encanto, y disfrute de lo que hay: luciérnagas… Curiosidad: Santôka, poeta y nacido en Yamaguchi, en su vida errante escribe haiku en los que añora las luciérnagas de su ciudad…
He leído "La tumba de las luciérnagas" sin poder hacer una pausa. Cincuenta y tres páginas atrapado por la cronología de tres muertes en frases sin concesiones, a veces sin pausas, en las que el autor opta sólo por describir sabiendo cómo lo que describe ya lo dice todo.
ResponderEliminarMe doy cuenta, al final, que no son los bombardeos los que matan, sino el miedo manifestándose como egoísmo -el de la viuda, los campesinos, los que viajan en tren, las autoridades que promulgan demasiado tarde una Ley General de Protección a los Huérfanos de Guerra-.
Y en el otro extremo, una niña que intenta cuidar a su hermano cuando recibe una paliza o que quiere jugar a las casitas con él...
A partir de las primeras páginas, ya presenta el tema y se conoce el desenlace. Esto no quita ningún interés por su lectura. Con una narrativa ágil y directa, engancha al lector hasta el final.
ResponderEliminarPresenta la máxima tragedia humana: la muerte por falta de alimentos, con lo que esto conlleva de soledad, egoísmo, desprotección...
A pesar de todo, la imaginación es recurrente y el ingenio se agudiza. Siempre hay ternura, encanto, y disfrute de lo que hay: luciérnagas…
Curiosidad: Santôka, poeta y nacido en Yamaguchi, en su vida errante escribe haiku en los que añora las luciérnagas de su ciudad…