Kenji Mizoguchi, Amor en llamas (1949)
De este director, fundamental en la historia del cine japonés, ya comentamos en la tertulia Cuentos de la luna pálida.
En esta ocasión nos acercamos a una obra muy distinta en su argumento. Pese a ser considerada una obra menor, nos permitirá conocer parte de la historia política de finales del siglo XIX en Japón y reflexionar sobre las diferencias entre el discurso público y la conducta privada.
Una película sugerente que permite múltiples lecturas o aproximaciones.
ResponderEliminarMe voy a centrar en la visión que "Amor en llamas" nos ofrece sobre el proceso de madurez de Eiko la "heroína". En la película este proceso viene marcado por dos escenas, una escena inicial en la que Toshiko Kishida transmite a Eiko su lucha por la verdadera liberación de la mujer, una escena en la que predomina un primer plano de Kishida, que en actitud concentrada, casi religiosa, expone sus principios sobre la liberación de la mujer y afirma que "el camino es duro, pero alguien tiene que moverse". En ese plano va entrando la imagen de Eiko en una actitud casi reverencial, poco a poco va elevando su cabeza y haciendo suyo el mensaje. El director no se entretiene mucho en esta parte final de la escena, ya que rápidamente se oyen los gritos de la prohibición del mitin que rompen el ensueño de Eiko, con ésto quizás Mizoguchi anuncia el desarrollo del film.
La escena final que cierra el proceso de madurez es la imagen de una Eiko transformada, su peinado, su vestido han cambiado, sentada en el barco que la devuelve a su ciudad natal acoge a Chiyo en sus brazos y comparte con ella su chal blanco. Su rostro no tiene el sobrecogimiento y misticismo de Kishida en la escena inicial, es un rostro serio, herido, quizás preocupado por el peso de la responsabilidad. ¿El chal blanco es el símbolo de un duelo que tiene que elaborar Eiko?
¿Qué ha sucedido entre estas dos escenas que ha dado lugar al cambio de Eiko? Fundamentalmente un proceso de desilusión provocado por el conocimiento de la realidad política y de las relaciones con los hombres, pero una desilusión madura que le lleva a Eiko a decir "Ahora ya lo se, aquí es donde debo empezar"
Creo que Mizoguchi nos da a entender que Eiko se ha convertido en mujer no por tener un hombre e hijos como en la cárcel le dice Hayase, sino por el aprendizaje de las experiencias que ha ido teniendo en Tokio y han marcado su destino.
Quizás echemos en falta una mayor expresión de los sentimientos de Eiko que en algunos momentos se muestra excesivamente dura y nos lleve a verla casi como una "misionera", pero puede ser que en esos momentos iniciales de la lucha por la liberación de la mujer se necesitaran heroínas de ese tipo y nosotras mujeres actuales deudoras de su labor, podemos reconstruir nuestras relaciones con los hombres y nuestras posiciones en el mundo.
Paralelo al proceso de transformación de Eiko en la película sucede el de Chiyo ¡Qué diferente! ¿Nos está hablando Mizoguchi de las diferencias de clase?
Mientras ¿cómo han evolucionado los personajes masculinos?