domingo, 10 de agosto de 2014

Indigno de ser humano

Osamu Dazai, Indigno de ser humano (1948)
... era comprensible que Horiki me viese de esa manera, ya que desde niño era indigno de ser humano, y quizá fuera muy razonable que hasta él me despreciara. 
Qué soy, ¿un egoísta? ¿O quizás, al contrario, demasiado débil? No lo sé, pero como soy un pecador redomado, estoy condenado a ser cada vez más infeliz sin saber cómo evitarlo.

Estos dos fragmentos resumen el contenido de la novela, un relato en primera persona sobre cómo Yozo construye su propio camino hacia la desgracia.
Las creencias sobre sí mismo, sobre las personas a las que conoce y la sociedad a la que pertenece le impiden reconocer cualquier oportunidad para alcanzar una vida satisfactoria. Como solo ve en las relaciones y la estructura social un juego hipócrita y sin sentido que contempla con repugnancia, está obligado a despreciarse a sí mismo cuando actúa de la misma forma: su falta de confianza en cualquier otro ser humano le obliga a fingir cada día, a mostrarse como un bufón teatral aunque en su interior solo quepan el miedo y el dolor.
Sin embargo, mientras que el protagonista nunca será capaz de verse como una persona valiosa, los lectores y el supuesto transcriptor de los cuadernos de Yozo sí modificaremos nuestra visión sobre él: las fotos descritas al inicio de la novela -que se corresponden con momentos de la infancia, la adolescencia y la edad adulta recogidos en el texto- no muestran nada bueno, pero la antigua dueña del bar donde  pasaba su tiempo nos enseñará con sencillez que había algo mejor dentro de este personaje de trágico destino.
Aparentemente, Osamu Dazai tampoco fue capaz de elaborar un relato positivo sobre sí mismo. Indigno... tiene claros paralelismos con la vida de este autor: su nihilismo, la dependencia del alcohol, el conflicto con su familia, sus destructivas relaciones con las mujeres, el contacto con el comunismo, las breves y frágiles etapas de paz que Yozo vive con Shizuko y Yoshichan, los intentos de suicidio, los internamientos en psiquiátricos... tuvieron su correlato en la vida de Dazai, que se suicidó poco después de terminar la novela.
El relato, que sigue teniendo éxito en Japón más de sesenta años después de ser publicado, ha sido adaptado al cine, el manga y el anime, dentro de una serie dedicada a la literatura japonesa.


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