El eco de la cascada: 125 poemas del emperador meiji, de Mikao Usui. Teleno, 2008.
Son 125
poesías cortas=gyoseis que forma parte del manual escrito por Mikao Usui, Reiki
Ryoho Hikkei. El maestro Usui seleccionó 125 gyoseis del emperador meiji para
utilizarlas para la practica espiritual que formaba una parte importante de Usui
Ueiki Ryoho =reiki.
Las poesías fueron traducidas por Rika Saruhashi del idioma
original, japonés, y luego pasaron por un trabajo largo y riguroso de
adaptación para cada idioma, respetando siempre el significado original pero
buscando la belleza poética en cada idioma. (Reseña de la editorial)
Leve presencia, de
Matsuo Basho. Satori, 2016.
Poeta inmortal y figura cumbre de la literatura
universal, Basho es el poeta japonés por antonomasia. Con Basho el haiku, esa
forma de poesía reducida a la minima expresión, alcanza la categoría de Arte.
Esta Antología pretende aportar una nueva luz sobre la obra de este poeta
universal cuyas composiciones son clásicos del haiku japonés. El haiku es una
forma de poesía tradicional japonesa de 17 silabas organizadas en un esquema de
tres versos (5-7-5). No tiene titulo ni rima pues pretende, con la máxima
sencillez, transmitir una apreciación de la realidad espiritualizándola y
elevándola por encima de su pequeña trascendencia. El haiku, que ha permanecido
durante siglos íntimamente ligado con la cultura tradicional japonesa,
actualmente se ha universalizado de tal manera que podemos considerarlo
finalmente, patrimonio del ser humano (Reseña de la editorial)
La poesía de Chiyo es, como
afirmó un contemporáneo suyo, «pura, como jade blanco». La pureza de
sentimientos humanos, tan bellamente expresados en sus haikus, combinada con la
sensibilidad femenina y el espíritu de observación de Chiyo, que la llevaron a
identificarse en poesía con tantas situaciones de la vida real, hacen que su
arte continúe siendo aplicable siglos después a nuestro entorno cotidiano.
Chiyo es la autora de haiku más destacada en los siglos XXVIII y XIX, una época
en que la poesía japonesa era sobre todo un quehacer de hombres.(Reseña de la editorial)
Poema a tres voces,
de Sôgi, Sôhaku y Ogawa. Sexto Piso,
2016.
En el siglo XV, en el ocaso de un día de primavera, tres grandes
poetas se reunieron en el santuario de Minase para celebrar una de las más
bellas y viejas ceremonias de las que el mundo tiene memoria: la escritura de
un poema colectivo que, con los años, se convertiría en una de las mayores
obras literarias de la historia del Extremo Oriente. Y que hoy, por primera
vez, es traducida a nuestra lengua.
Los versos de ese poema tenían como objetivo ser una ofrenda
para un tiempo ya en ruinas: el tiempo del antiguo esplendor político y
cultural que nació al amparo de la aristocracia japonesa. Frente a las ruinas
del esplendor aristocrático, el Minase no sólo se manifiesta como una ofrenda,
sino como el último esfuerzo por reconstruir aquel momento, aquella época en
donde la belleza, la sutileza y un código moral basado en la dignidad, la
rectitud y la justicia gobernaban el mundo.
El Minase nos muestra la vocación primera de la poesía: una
composición litúrgica, es decir, gestos, fórmulas mágicas, para convocar un
misterio, un esplendor invisible, pero siempre al filo –si se pronuncian las
palabras correctas– de volverse presencia, y capaz de transformarnos a nosotros
mismos en esa luz aún incandescente. (Reseña de la editorial)
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