No hay otro país como Japón en la ancha geografía espiritual de este exquisito narrador suizo. Desde su primera estancia en 1955 volvió en diversas ocasiones hasta 1970, seducido por la complejidad de su cultura y el abismo pendular de sus contradicciones que Bouvier asume fascinado. Todo un aluvión de premios literarios celebran una prosa única que enlaza con instinto poético la levedad del momento, con la magia del pasado; la atmósfera zen de los lugares con un halo de intima emoción que nos atrapa a su lectura.
En 1955 Japón ha dejado atrás, más de una década
después, los efectos de la derrota en la guerra, pero sigue siendo un
país ensimismado, rural, pobre y receloso del extranjero. Como apunta su
biógrafo, François Laut, “Nicolas Bouvier será uno de los últimos occidentales
en vagabundear por este Japón que causaba la admiración de los viajeros del XIX
con sus bahías encantadas, sus lagunas, sus montañas, sus desfiladeros, sus
arrozales y sus bosques de cedros”. Como su admirado Matsuo Basho, quiere
recorrerlo a pie y así lo hace en algunos tramos que levantan como, el polvo
del camino, una levedad de aire zen, un gozo perpetuo, y, siempre, un sentido
poético de la extrañeza. Japón será su “fin de viaje”, en esa larga
travesía emprendida dos años antes desde Yugoslavia con su gran amigo el
dibujante Thierry Vernet. Ninguna regla, salvo la de “vivir con
intensidad” e ir costeando la aventura con toda clase de trabajos imaginables.
En el año que pasa en el archipiélago, la experiencia del viaje sedimenta,
recala en el sentimiento del lugar; un estar contemplativo y sereno
que muestra que la liviandad contiene en sí la gravedad, y el
conocimiento, la emoción perceptiva.
Desembarca en Yokohama el 20 de octubre de 1955 y
se instala en el barrio de Araki- Cho en Tokio y más tarde viaja a pie por
otros lugares durante esos doce meses. Diez años después vuelve por otro año
con su mujer e hijo y seguirá trotando por sus rincones con una curiosidad
siempre ávida pero templada, sin juzgar, ni menos despreciar, lo que
transfigura el relato con el humor, la poética y la finura de un Haiku. Trufado
de una historia del país tan prolija como liviana en su escritura, esta Crónica
japonesa es de obligada lectura para quién quiera adentrase en la magia y
la melancolía de una cultura milenaria. Desde la leyenda de su origen,
hasta su compleja relación con China, Occidente y la modernidad, pasando por el
zen, el teatro nō, el budismo, o la vida cotidiana en sus confines
rurales y en el estrépito de sus ciudades. (Reseña de
la editorial)
En cada
circunstancia, la muerte voluntaria ilumina el ámbito humano del cual proviene
su sentido, y paulatinamente es todo el pasado japonés el que se manifiesta con
sus contradicciones, extravíos y desgarramientos.
¿Qué puede hacernos entender sobre la sociedad
japonesa del presente la muerte voluntaria, inscripta dentro del rumor de las
estadísticas y considerada como síntoma? La investigación sociológica traza el
punto de partida de una genealogía. De un siglo al otro, se trata por
consiguiente de recorrer ese país del cual habla Nietzsche, “el enorme, el
lejano y muy misterioso país de la moral –de la moral que verdaderamente existió
y que fue auténticamente vivida–”, explorando en sus documentos las diversas
prácticas de la muerte voluntaria en Japón: como apoteosis de la carrera del
guerrero, como horizonte del distanciamiento budista, como eje del sistema
feudal, como prueba de la fuerza del amor, como exaltación sacrificial, como
culminación de la desesperación y del desarraigo.
El ensayista francés Maurice Pinguet (1921-1991),
reconocido por sus escritos de antropología cultural y por su amistad con
Roland Barthes, vivió largamente en Japón, donde elaboró este libro fundamental
sobre la cultura japonesa, que permanecía inédito en castellano. La muerte
voluntaria en Japón, libro dedicado a Barthes, ha sido constantemente comparado
en importancia con Historia de la locura en la época clásica, de Michel
Foucault, y está considerado una obra maestra, que permite conocer aspectos
centrales de la vida y el pensamiento japonés. (Reseña de la editorial)
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