lunes, 22 de mayo de 2017

Novedades Japón Abril-Mayo 2017

No Ficción:

 En el barco de Ise: viaje literario por Japón, de Suso Mourelo.  La Línea del Horizonte, 2017. 

Suso Mourelo recorre Japón con brújula literaria. Desde grandes ciudades a tranquilos enclaves rurales, el objetivo es conocer los lugares donde transcurrieron las novelas de sus autores preferidos: el Tokio del escritor maldito Osamu Dazai o la pequeña isla de Kamishima que sirvió de inspiración a Yukio Mishima; el Kioto de las historias fetichistas de Junichirô Tanizaki o  el refugio de montaña en el que Yasunari  Kawabata situó País de nieve. Junto a  ellos  nos asomamos a otros autores como Masuji Ibuse, Natsume Sôseki o Ueda Akinari, y viajamos a las páginas de  clásicos como Chikamatsu Monzaemon o autoras como Takasue no musume o Murasaki Shikibu. Un relato trenzado en otras ficciones donde asoman escritores nipones de todo tiempo y algunos de los europeos que sucumbieron al  hechizo japonés como Lafcadio Hearn o Nicolas Bouvier. Con la referencia de este universo literario el autor deambula por el país, al mismo tiempo que conversa con sus gentes, convive en la intimidad de sus hogares e indaga sobre las circunstancias de una sociedad que vive una mutación asombrosa. Suso Mourelo compone un relato que, al modo de un largo  haiku, nos guía por  la memoria literaria a golpe de sensaciones e imágenes del presente. (Reseña de la editorial)


Crónica japonesa, de Nicolas Bouvier. La Línea del Horizonte, 2016

No hay otro país como Japón en la ancha geografía espiritual de este exquisito narrador suizo. Desde su primera estancia en 1955 volvió en diversas ocasiones hasta 1970, seducido por la complejidad de su cultura y el abismo pendular de sus contradicciones que Bouvier asume fascinado. Todo un aluvión de premios literarios celebran  una prosa única que enlaza con instinto poético la levedad del momento, con la magia del pasado; la atmósfera zen de los lugares con un halo de intima emoción que  nos atrapa a su lectura.

En 1955 Japón ha dejado atrás, más de una década después, los efectos  de la derrota en la guerra, pero sigue siendo un país ensimismado, rural, pobre y receloso del extranjero. Como apunta su biógrafo, François Laut, “Nicolas Bouvier será uno de los últimos occidentales en vagabundear por este Japón que causaba la admiración de los viajeros del XIX con sus bahías encantadas, sus lagunas, sus montañas, sus desfiladeros, sus arrozales y sus bosques de cedros”. Como su admirado Matsuo Basho, quiere recorrerlo a pie y así lo hace en algunos tramos que levantan como, el polvo del camino, una levedad de aire zen, un gozo perpetuo, y, siempre, un sentido poético de la extrañeza.  Japón será su “fin de viaje”, en esa larga travesía emprendida dos años antes desde Yugoslavia con su gran amigo el dibujante Thierry Vernet.  Ninguna regla, salvo la de “vivir con intensidad” e ir costeando la aventura con toda clase de trabajos imaginables. En el año que pasa en el archipiélago, la experiencia del viaje sedimenta, recala en el sentimiento del lugar; un estar  contemplativo  y sereno que  muestra que la liviandad contiene en sí la gravedad, y el conocimiento, la emoción perceptiva.

Desembarca en Yokohama el 20 de octubre de 1955 y se instala en el barrio de Araki- Cho en Tokio y más tarde viaja a pie por otros lugares durante esos doce meses. Diez años después vuelve por otro año con su mujer e hijo y seguirá trotando por sus rincones con una curiosidad siempre ávida pero templada, sin juzgar, ni menos despreciar, lo que transfigura el relato con el humor, la poética y la finura de un Haiku. Trufado  de una historia del país tan prolija como liviana en su escritura, esta Crónica japonesa es de obligada lectura para quién quiera adentrase en la magia y la melancolía de una cultura milenaria.  Desde la leyenda de su origen, hasta su compleja relación con China, Occidente y la modernidad, pasando por el zen, el teatro , el budismo, o la vida cotidiana en sus confines rurales y en el estrépito de sus ciudades. (Reseña de la editorial)


La muerte voluntaria en Japón, de Maurice Pinguet. Adriana Hidalgo, 2017. 

En cada circunstancia, la muerte voluntaria ilumina el ámbito humano del cual proviene su sentido, y paulatinamente es todo el pasado japonés el que se manifiesta con sus contradicciones, extravíos y desgarramientos.

¿Qué puede hacernos entender sobre la sociedad japonesa del presente la muerte voluntaria, inscripta dentro del rumor de las estadísticas y considerada como síntoma? La investigación sociológica traza el punto de partida de una genealogía. De un siglo al otro, se trata por consiguiente de recorrer ese país del cual habla Nietzsche, “el enorme, el lejano y muy misterioso país de la moral –de la moral que verdaderamente existió y que fue auténticamente vivida–”, explorando en sus documentos las diversas prácticas de la muerte voluntaria en Japón: como apoteosis de la carrera del guerrero, como horizonte del distanciamiento budista, como eje del sistema feudal, como prueba de la fuerza del amor, como exaltación sacrificial, como culminación de la desesperación y del desarraigo.

El ensayista francés Maurice Pinguet (1921-1991), reconocido por sus escritos de antropología cultural y por su amistad con Roland Barthes, vivió largamente en Japón, donde elaboró este libro fundamental sobre la cultura japonesa, que permanecía inédito en castellano. La muerte voluntaria en Japón, libro dedicado a Barthes, ha sido constantemente comparado en importancia con Historia de la locura en la época clásica, de Michel Foucault, y está considerado una obra maestra, que permite conocer aspectos centrales de la vida y el pensamiento japonés. (Reseña de la editorial)


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