domingo, 3 de abril de 2011

La tertulia de marzo: versiones

Resumen de la tertulia, elaborado por Mª Jesús:


En esta ocasión, pese a la lógica diversidad de opiniones, no se plantean entre los asistentes tantas diferencias a la hora de valorar los textos y la película. 
Rashomon es una película magistral basada en dos relatos de Akutagawa. Su estreno dio a conocer a su director en Europa y sorprendió por su estructura, formada por diferentes versiones de los hechos. Cada personaje cuenta una historia diferente: ¿asesinato, violación, seducción? Cuatro mentiras, pero en cada una de ellas una parte parece verdad.
Los personajes declaran frente a la cámara como si nosotros, los espectadores, debiéramos averiguar la verdad y decretar la pena correspondiente para el culpable.
Cada protagonista se intenta salvar inculpándose, mostrando a la vez odio, deseo de venganza, remordimientos o sumisión. Todo parece mentira y verdad.
Técnicamente la película fue una revolución en su momento: los juegos y movimientos de cámara, la utilización magistral de los flashbacks para mostrar qué es lo que está contando cada personaje… La voz de la medium narrando la versión del samurái llamó mucho la atención.
Narrativamente la película es occidental, aunque la secuencia final en la que vemos al leñador con el niño en brazos es "Japón en estado puro", la ternura llevada a su máxima expresión.

Los relatos de Akutagawa permiten conocer varias etapas de la historia de Japón. Algunos personajes resultan grotescos, otros más simpáticos, de algunos se pueden sacar moralejas, e incluso tratan temas que se encuentran en nuestra literatura -uno de los cuentos me recuerda a un soneto de Quevedo, “Érase un hombre a un nariz pegado”-. Un libro de relatos interesante y recomendable.

Barrio lejano es un manga muy cercano a la sensibilidad europea. Parte de una ficción para transportarnos a la realidad. Hiroshi, un hombre maduro de 48 años se equivoca en la estación y coge un tren que se dirige al pueblo de su infancia. Sin saber muy bien porqué, no se siente capaz de bajarse antes del tren y, ya en su pueblo, decide visitar con nostalgia la calle donde se encontraba su hogar y el cementerio donde está la tumba de su madre.
De repente vuelve a tener 14 años; ha vuelto a su infancia, al pasado, pero comprueba que no puede cambiar las cosas importantes que sucedieron. A veces se deja llevar por las emociones que siente al revivir momentos de la juventud, pero al mismo tiempo se da cuenta de que tiene obligaciones, está casado y tiene dos hijas. A veces el personaje duda si está despierto o todo es un sueño, tema también recurrente en la literatura.


Taniguchi es capaz de llegar a lo más profundo de nosotros, de hacernos volver a nuestros recuerdos y meternos en el personaje.

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