martes, 19 de marzo de 2019

Infancia

Kazumi Yumoto. Los amigos (Natsu no Niwa / The Friends, 1992)
Hirokazu Kore-eda. Milagro (Koseki, 2011)
Premio al Mejor Guion en el Festival de San Sebastián 2011. Premio Signis en el Festival de Hong Kong 2011
Satoe Tone. La zanahoria gigante (2012), El viaje de los pingüinos (2013), El viaje de Pipo (2014)
Premio Internacional de Ilustración Feria de Bolonia-Fundación SM 2013

En marzo de 2010 dedicamos la primera sesión de la tertulia sobre cultura japonesa a la desprotección infantil. Nueve años después, volvemos al mundo de los más jóvenes acompañados por otra película de Hirokazu Kore-eda (en ese momento nos emocionamos con Nadie sabe).
El punto de vista varía respecto a aquella ocasión. Aunque la novela y la película siguen mostrando las estrategias que despliegan los niños protagonistas para desenvolverse en un mundo de adultos y conquistar espacios de decisión, aquí no está en juego su supervivencia, sino cómo van a afrontar los cambios personales y del entorno.
Cierta idealización de este periodo vital impregna ambas obras, que destacan la inocencia y fresca inteligencia de los menores. Quizá sea imprescindible para mostrar la fuerza de su pensamiento mágico, la imperiosa necesidad de correr - precisamente cuando menos urgencia hay, teniendo aún toda la vida por delante- y la capacidad para captar las maravillosas que nos rodean, como un campo de cosmos, mezclando curiosidad, sorpresa, desconcierto y alegría.
También será una buena oportunidad para tocar dos géneros a los que aún no nos habíamos acercado: la novela que, sin ser estrictamente juvenil, puede interesar a este grupo y el mundo del álbum ilustrado para quienes ya han cumplido los cinco años.

Kazumi Yumoto consiguió el éxito ya con su primera novela, Los amigos. Con una estructura y un estilo sencillos, que facilitan la adaptación cinematográfica, construye historias optimistas que giran en torno al pasado, la muerte, la familia y la infancia.
La autora teje un relato que nos interesa pese a lo quizá algo predecible de la trama, que no necesita de golpes de efecto ni innovaciones argumentales para transportarnos por completo a las vivencias de tres niños en su paso a la adolescencia. Suavizando lo dramático, transmite un mensaje optimista más que necesario... También os puede interesar el retrato, poco complaciente, del sistema educativo nipón, que no parece dejar descanso al alumnado en su paso de la educación primaria a la secundaria.

Kiseki (Milagro) retrata el particular coming-of-age de Koichi, el hermano mayor, que acaba eligiendo "el mundo" frente a los anhelos de la infancia. Kore-eda mezcla su habitual mirada con escenas de ligero aire pop o que, por el contrario, recuerdan a la entrevista documental (cuando las niñas y niños hablan de qué desean). Una película dedicada a su hija; no dejéis de leer esta clarificadora entrevista.


Satoe Tone nos permite introducirnos en el mundo del álbum ilustrado, lleno de tesoros que merece la pena encontrar. La conciencia ecológica que despierta El viaje de los pingüinos, la invitación a imaginar de La zanahoria gigante y los sueños que permiten apreciar las maravillosas de la naturaleza en El viaje de Pipo conforman lecturas que se disfrutan a cualquier edad, siempre que nos mantengamos libres de prejuicios. En todo caso, os encantarán las imágenes que pueden salir de sus pinceles y el dominio del gouache.


No hay comentarios:

Publicar un comentario