martes, 22 de febrero de 2022

Nobuhiro Suwa

2/Dúo (2/dyuo, 1997)
M/Other (1999)
Una pareja perfecta (Un couple parfait, 2005)
El león duerme esta noche (Le lion est mort ce soir, 2017)

La cámara separa al cineasta de las personas, situándolas en el lado opuesto de la cámara y al primero de su lado. Es un sistema que no permite que uno pase al otro lado. Por lo tanto, no se puede, por su propia naturaleza, escapar de una estructura que explota su unilateralidad. El mundo está separado en dos. Cuando una imagen se inserta en este mundo dividido, se crea una ventana en ese lado de la pared, que la abre hacia el otro. La ventana funciona como un espejo mágico que deja que nuestras mirada pasen al otro lado, sin dejar que otros miren por el lado opuesto. Cuando vemos un filme, nos encontramos tras la cámara, como el cineasta. Nos protegemos del riesgo de quedar heridos por la realidad situada frente a la cámara. He elegido trabajar con actores porque los veo como seres que necesitan quedarse delante de una cámara en su vida. Cuando mis personajes son actores no profesionales viviendo sus propias vidas, la cámara los desprovee de su vida sin devolverles nada.
Para acompañarnos en este monográfico dedicado a Nobuhiro Suwa, director de cine japonés con una reconocida trayectoria, contaremos en esta sesión abierta a todas las personas interesadas con la participación del divulgador cinematográfico Fermín J. Martínez.
Nos dará mucha claves sobre la obra de este autor, sugerente por su forma de afrontar los rodajes, por cómo entiende la ficción cinematográfica y por su voluntad de situarse como nexo entre realidades en apariencia separadas, diluyendo las dicotomías (como sugieren sus propios títulos) a partir de imágenes llenas de significados: ficción y realidad, amor y ruptura de pareja, yo y el otro, encuentro y separación, necesidades personales y expectativas ajenas, infancia y vejez, vida y muerte, despreocupación juvenil y responsabilidad adulta, recuerdo y fantasía, tradición y modernidad, el ser y su reflejo, Japón y Francia (en especial, el cine de la Nouvelle vague).
Para mí una película no es una mera ficción. Por supuesto, como categoría, mis obras son películas de ficción, sin embargo, para mí no tiene nada que ver si es un documental o una ficción. En mi primera película yo intervine concienzudamente e hice una entrevista a los personajes porque lo que yo quería decir es que no hay mucha diferencia entre la ficción y la realidad (...) Para mí una ficción no necesariamente debe tener un fin, un universo completo y terminado, porque lo que está en la película siempre tiene que ver conmigo.
Seguro que, tras ver sus películas, tenéis un momento preferido de este director capaz de transmitir las emociones más profundas a partir de la elección de los encuadres y la planificación de las escenas. Por ejemplo, cómo va más allá del habitual plano y contraplano al representar los diálogos, encontrando formas diferentes de representar la comunicación (o incomunicación) entre dos personas...
O esa fantástica escena final de El león duerme esta noche, donde las palabras y el rostro de Jean-Pierre Léaud nos demuestran que la mejor ficción se nutre de la vida.
Tengo la impresión de que el cine actual ha olvidado la vida. Es como si, de repente, sólo interesaran historias que nada tienen que ver con nosotros. La ficción se ha convertido antes en un lugar de huida o extrañamiento que de reconocimiento. Yo intento acortar la distancia entre lo que vemos en la pantalla y lo que ocurre en la vida.

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