Hirokazu Kore-eda, Un asunto de familia (Manbiki Kazoku, 2018) Novela
Akira Kurosawa, El perro rabioso (Nora inu, 1949)
Hirokazu Kore-eda, Un asunto de familia (Manbiki Kazoku, 2018) Película
Eiichiro Oda, One Piece 1. Romance Dawn: El albor de la aventura (Wan Pîsu, 1997)
Tres autores con un peso indiscutible en la cultura nipona contemporánea abordan la misma realidad desde perspectivas diferentes, pero en las que parecen latir dos ideas compartidas:
- Algunas conductas desviadas e infracciones de las normas, que la sociedad sanciona con dureza, reflejan las injusticias, fracasos y desigualdad generados por el propio modelo de organización, al que no le interesa proteger a los más débiles.
- La misma comunidad que incita y premia poseer y consumir castiga a quienes carecen de los medios para responder a esa exigencia social.
«¿Jugar al tenis en un día laborables? Pues sí que viven despreocupados», rezongó Nobuyo al pensar en la diferencia abismal que había entre esos jugadores y la situación a la que ella se enfrentaba, y se indignó. ¿Por qué le tocaba siempre la peor parte? ¿Acaso era culpable de algo o simplemente tenía mala suerte?
Hirokazu Kore-eda es una presencia habitual en la tertulia; de él hemos comentado ya Nadie sabe, Still walking, Air doll, Milagro y Después de la tormenta. En sus películas encontramos siempre una mirada sobre la realidad cotidiana que, al omitir cualquier juicio («No me interesa crear héroes, superhéroes o anti-héroes, simplemente quiero ver a la gente tal como es»), consigue retratar la naturaleza de las relaciones contemporáneas en todas sus dimensiones y matices, tanto los más alegres y llenos de luz como los oscuros y dolorosos.
Un asunto de familia continúa hablándonos de los temas que llenaban sus creaciones anteriores: las relaciones familiares y su influencia en la infancia, el vacío tras la pérdida, la soledad y la pobreza, el recuerdo, el devenir de la sociedad actual... Aquí añade una maravillosa reflexión sobre qué construye y mantiene unida a una familia, además de interpelar al espectador para que revise y modifique las rígidas etiquetas morales con las que solemos definir algunas conductas; una práctica tranquilizadora, pero que impide ver a esas personas en toda su complejidad y reconocer su valor oculto.
Aunque solo se ha traducido al castellano esta novela, Kore-eda ha escrito también las correspondientes a Después de la tormenta y After life. Aquí encontramos un texto que va más allá del guion cinematográfico, capaz de funcionar de manera independiente, escrito con sencillez y la misma atención a los detalles que su cámara y, por todo ello, capaz de emocionarnos y hacernos empatizar con los protagonistas.
—Normalmente nadie escoge a sus padres —sentenció Hatsue.—Pero puede que sea más fuerte cuando escoges tú, ¿no crees?—Fuerte ¿qué? —devolvió la pregunta la anciana.—Ya sabes..., un vínculo, el vínculo —respondió Nobuyo medio en broma a propósito. Era una palabra tan sincera que le avergonzaba decirlo sin disimulo.
En Un asunto de familia los policías representan dos actitudes opuestas respecto a los "padres" de Shota y el propio menor: juicio y castigo frente a diálogo y apoyo. También la pareja de detectives de El perro rabioso -precursora del subgénero buddy cop, en el que dos agentes de características distintas establecen una relación mientras trabajan juntos- ejemplifica ambas posiciones. El joven Murakami ha sufrido las mismas penalidades relacionadas con la guerra que el delincuente Yusa, por lo que se siente más dispuesto a entenderlo. Sin embargo, el veterano Sato decide no ver más allá de los códigos legales, aún sabiendo que solo lo hace como estrategia de autoprotección. O, desde otro punto de vista, ideales y determinismo social frente a desengaño y creencia en que todos pueden elegir comportarse de otra manera (la falacia del triunfador o del caso de éxito).
Con una clara voluntad de retratar las circunstancias sociales tras la derrota nipona en la II Guerra Mundial -la influencia cultural estadounidense, la miseria y falta de expectativas para buena parte de la población, que les asfixia tanto como el calor y los medios de transporte atestados de la película-, Kurosawa bebe de las mismas preocupaciones que el naciente neorrealismo italiano, las formas y temas del cine negro norteamericano -bajos fondos, armas y violencia, tensión dramática- y, como él mismo confesaba, la narrativa del belga Georges Simenon.
Como en el resto de sus obras enmarcadas en el noir (El ángel ebrio, Los canallas duermen en paz, El infierno del odio), el polifacético director japonés domina los recursos del suspense y quizá nos recuerde a Hitchcock, tanto en el guion -el número de balas que decrece mientras causa heridos y muertes- como en la planificación de las escenas -el tiroteo en la cabina telefónica-.
Un éxito indiscutible que ha superado los límites de Japón -quizá porque conecta con la tradición occidental del protagonista que persigue su sueño-, al tiempo que el mundo creado por Eiichiro Oda se expande y sus aventuras adquieren un tono más serio, con la aparición de un Gobierno Mundial autoritario y basado en la separación entre estratos, que incrementa las desigualdades sociales. En ese contexto, la rebeldía pirata y la ruptura del orden establecido que ponen en práctica supone la principal amenaza para el sistema.
Por tanto, esta sesión del club dedicada a los ladrones era la oportunidad perfecta para acercarse a una serie cada día más presente en la cultura nipona. Ya en su primer tomo muestra un estilo ecléctico en cuanto a los géneros narrativos, que mezcla lo desenfadado en la forma con la seriedad de algunos de los temas que trata y da una especial relevancia al pasado de los personajes para explicar su carácter. Un relato muy bien construido que puede disfrutar público de cualquier edad.
One Piece es uno de mis anime favoritos! 💜
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