jueves, 7 de diciembre de 2023

Budismo

Hitonari Tsuji, El Buda blanco (Hakubutsu, 1997)
Kozo Morishita, Buda: El gran viaje ( Tezuka Osamu no Buddha: Akai Sabaku yo! Utsukushiku, 2011)
Toshiaki Komura, Buda: Camino a la iluminación ( Buddha 2: Tezuka Osamu no Budda - Owarinaki tabi, 2014)
Hikaru Nakamura, Las vacaciones de Jesús y Buda (Saint Young Men, 2006- )

En 2014 dedicamos una tertulia a las tres principales religiones que conviven en Japón. Nueve años después, nos centramos en una de ellas, el budismo, que también ha sido parte importante de algunas de las obras que hemos comentado, como Los sueños de Akira Kurosawa y El arpa birmana.
Aunque el budismo es una realidad múltiple y compleja, algunos datos e interpretaciones os pueden servir para acompañar las obras programadas:
  • Según las estadísticas oficiales más recientes (2018), el 46,5 % de la población nipona se declara budista... aunque su relación con las expresiones religiosas -más complementaria que excluyente- sea muy diferente a la occidental. Una presentación sintética de esta conducta se encuentra aquí, mientras que para una reflexión extensa os recomiendo el texto de Federico Lanzaco.
  • Esta biografía de Siddharta Gautama destaca su contexto cultural y político, compatible con una versión más acorde a la tradición. La web nippon.com publica con regularidad artículos sobre la evolución histórica del budismo y su situación actual en Japón.
  • Es posible encontrar en internet muchas introducciones a la doctrina y filosofía budistas. Para abordarlas desde la relación entre la tradición oriental y occidental -parte fundamental e ineludible de esta tertulia- os recomiendo una reseña sobre el libro El monje y el filósofo, una entrevista al psicoterapeuta David Brazier y el ensayo Filosofía del budismo zen, de Byung-Chul Han. Y, más específicamente, una visión sobre los múltiples puntos comunes entre el epicureísmo y el budismo zen.
La propuesta de este mes incluye una novela histórica costumbrista, un manga que emplea técnicas y temas de la comedia tradicional y un anime que intenta condensar el relato hagiográfico de Buda elaborado por Osamu Tezuka. A pesar de las diferencias formales, mantienen conexiones directas entre ellas.
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Existe una larga tradición de obras que abordan con humor el fenómeno religioso, mirando a sus protagonistas desde la actualidad. Por ejemplo, Cartas del diablo a su sobrino (G. K. Chesterton) es un manifiesto teológico; Los diarios de Adán y Eva (Mark Twain) una fábula sobre las relaciones de pareja; Malos presagios (Terry Pratchett y Neil Gaiman) una vuelta de tuerca al género apocalíptico; y, como autor más cercano, La tournée de Dios (Enrique Jardiel Poncela) muestra el habitual ingenio de su autor. Además, personajes de la mitología japonesa relacionados con el budismo, como los tengu y los kappa, han asumido ese tono en algunas de sus representaciones populares.
No investigo para un gag específico. Sin embargo, leo muchos libros sobre budismo y cristianismo, así que voy acumulando conocimientos que afloran cuando creo nuevas situaciones.
(...)
Jesús y Buda no son personajes normales, por eso es divertido verlos en actividades habituales. No cansa porque, cada vez que hacen algo banal, lo miras de otra manera a través de sus ojos. Creo que es interesante que descubran las pequeñas molestias de la vida cotidiana.
Entrevista en Planète BD
La autora de manga Hikaru Nakamura continúa la misma línea para ofrecer un retrato costumbrista del Japón urbano contemporáneo. Partiendo del conocimiento de las tradiciones cristiana y budista, sabe sacar partido al cambio de contexto de los símbolos en los que se materializan las creencias religiosas. La interpretación literal de su tradición, iconografía y metáforas -las tres caras de Buda, el Tripitaka- da lugar a situaciones cómicas, sin desvirtuar el significado de estos elementos.
Pero también emplea otros recursos clásicos del humor: Jesús y Buda son personajes con características muy marcadas, diferentes aunque complementarias (ahorrador / consumista, aficionado al manga / redes sociales, tímido / "ligón", etc.), lo que permite jugar con la dinámica de su relación. También se trata de dos protagonistas con pocos recursos económicos y escasamente familiarizados con el entorno en el que comienzan a vivir, lo que da lugar a divertidos equívocos y permite mostrar las representaciones contemporáneas de la religión (como el propio manga Buda, de Osamu Tezuka) o las modas del momento.
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La primera parte de la adaptación animada del manga clásico Buda (publicado originalmente entre 1972 y 1983) generó una gran expectación, pero presentaba claras deficiencias de estructura que se analizan y explican en Ramen para dos.
Seguramente, los tres años pasados entre ambas películas se emplearon tanto para mejorar la técnica de animación como para intentar resolver esos problemas. El tono del relato cambió también radicalmente: la acción y el acento en las emociones de la película de 2011 cedieron espacio a la reflexión y las enseñanzas búdicas.
En la primera, las tramas secundarias ejemplifican lo vano y perecedero del deseo de poder y del uso de la violencia, oponiéndolas a la generosidad del amor eterno. En 2014, por contra, los personajes parecen ser solo la excusa para que Siddharta confronte sus ideas frente a otras corrientes y comience a compartirlas.
En todo caso, a veces resulta difícil no ver ambos animes como una sucesión de elefantes pisoteando casas, mujeres que sufren y, si son madres, mueren para ser lloradas por sus hijos naturales o adoptivos, acompañadas de representaciones un tanto lisérgicas del mundo espiritual. Quizá por ello no se ha llegado a realizar la tercera parte planificada inicialmente.
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Una vez conocida la biografía de Buda, es fácil establecer paralelismos con la de Minoru, el protagonista de El Buda blanco. Ambos nacen y crecen en contextos de guerra entre estados y cuestionan desde el principio la legitimidad de la violencia, además de compadecerse del sufrimiento de cualquier ser vivo. Se preocupan por la muerte como fenómeno con implicaciones a la hora de dar sentido a la vida. Los viajes, los encuentros con el dolor propio y ajeno y la experiencia del cuidado les sirven para adquirir una nueva conciencia / interpretar el mundo de otra forma / llegar a la iluminación. E incluso en una etapa de su vida pasan del éxito material a la pobreza -como monje mendicante o empresario fracasado-.
Además, a lo largo del relato se plantean otros temas vinculados a la cosmovisión budista: la posibilidad del mundo como ilusión, la interpretación del miedo, el renacimiento o reencarnación, la atención plena.

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